Un estudio internacional en el que participan científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que una bacteria presente en los océanos, Dokdonia sp., utiliza la luz y fija hasta el 30% de su carbono a partir de CO2.  El trabajo se ha publicado en la revista PNAS.

Las bacterias controlan los ciclos de los elementos y los flujos de la energía en los océanos. Las cianobacterias y las algas realizan la fotosíntesis usando la energía de la luz para fijar CO2 y convertirlo en materia orgánica. Y las bacterias heterotróficas emplean esa materia orgánica como fuente de carbono y de energía. “Estas actividades representan la mitad de la fotosíntesis en el planeta y más del 90% de la ‘respiración’ en los océanos”, explica Carlos Pedrós-Alió, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar.

En los últimos años se han descubierto bacterias que pueden utilizar simultáneamente materia orgánica, luz y CO2 gracias a que poseen una proteína: la proteorodopsina, que tiene un pigmento muy parecido al de nuestra retina. Partiendo de esta base, los investigadores del CSIC en colaboración con científicos de la Universidad de La Laguna y de la Linnaeus University, de Suecia, han realizado experimentos con agua marina enriquecida tanto con exposición a la luz como en situaciones de oscuridad. Y los resultados que publican en este estudio muestran que la Dokdonia sp. utiliza la luz y fija hasta el 30% de su carbono a partir de CO2. Según Pedrós-Alió, “habrá que tener en cuenta este hallazgo en futuros modelos de funcionamiento de los océanos”.



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