El pasado 16 de junio entró en vigor el cierre anticipado de la pesquería del atún rojo para todos los atuneros cerqueros comunitarios a excepción de España. La Comisión Europea prohibía la pesca como medida de emergencia para la conservación y explotación sostenible de este recurso, basándose en el incumplimiento reiterado por parte de estas flotas del plan de Recuperación del Atún Rojo adoptado por la Unión Europea.

La organización internacional de conservación marina Oceana, en el marco de su campaña para la protección del atún rojo del Mediterráneo, se encuentra en estos momentos documentando la actividad de las flotas atuneras en aguas del Sur de Malta a bordo del buque de investigación Marviva Med.

En el mismo día en el que se iniciaba el cierre de la pesquería, Oceana ha recogido en tiempo real evidencias de una operación de pesca llevada a cabo por embarcaciones de tres nacionalidades diferentes, la mayoría de ellas vinculadas a la industria italiana, a 30 millas al suroeste de Malta. Dos antiguos atuneros italianos, con pabellón libio en la actualidad, Abr-Albihar y Abr-Albihar II, se encontraban faenando a la llegada del buque de Oceana. A lo largo de toda la operación estaban siendo asistidos por dos cerqueros industriales italianos, Luigi Padre y Maria Antonietta y por otro tunecino, Essaida Janet. Estos barcos han estado trabajando, además, en estrecha colaboración con un barco de apoyo, Serte Ahmet, de pabellón turco que arrastraba una jaula plegable, y que abastece las granjas de engorde italianas.

Xavier Pastor Director Ejecutivo de Oceana Europa y responsable de la campaña a bordo del Marviva Med ha declarado: "la presencia de atuneros cerqueros italianos arroja dudas evidentes sobre el cumplimiento de la prohibición por parte de ese país. Por otra parte, resulta claro que flotas de terceros países continúan pescando para los barcos comunitarios y en beneficio de empresas europeas".

La flota de terceros países como Libia o Turquía se compone en su mayoría de embarcaciones comunitarias que han sido transferidas a sociedades mixtas a fin de poder eludir las medidas de control implantadas en la Unión Europea. De ésta manera, es frecuente encontrar embarcaciones libias en puertos franceses como Sete, ó turcas operando en las granjas de engorde italianas.

Xavier Pastor ha concluido: "El cierre de la pesquería no significa el fin de las capturas de atún rojo. La picaresca y la burla a la legalidad continúan. Centenares de embarcaciones continúan pescando, las granjas de engorde siguen recibiendo capturas, y las mismas empresas que teóricamente debían haber concluido su actividad siguen obteniendo beneficios a costa de empujar la pesquería hacia el colapso. El adelanto de dos semanas en el cierre de la actividad para buques comunitarios no es suficiente ni tampoco real. Urge el cierre completo de la pesquería de atún rojo hasta que el stock pueda recuperarse, así como el control efectivo de la implementación de esa decisión".



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