Amigos de la Tierra denuncia el exceso de influencia de la industria de los transgénicos en la política europea.

Este miércoles tiene lugar en el seno del Colegio de Comisarios de la Comisión Europea un debate de "orientación" sobre el camino a seguir en materia de organismos modificados genéticamente (OMG o transgénicos). Se debaten, entre otras cuestiones, la aprobación de una patata y varios maíces transgénicos para su cultivo en la UE. Con el objetivo de denunciar el exceso de influencia de los grupos de presión de la industria biotecnológica en la toma de decisiones de la Comisión y reclamar un cambio en la política de la UE, Amigos de la Tierra lanza un nuevo informe: "Las Malas Compañías: Las relaciones entre la Comisión Europea y la industria de los transgénicos".

La Comisión Europea, a iniciativa de su Presidente Barroso, fuerza este debate para desbloquear la situación de los transgénicos pendientes de aprobación en la UE. Desde que terminó la moratoria en 2004, la falta de una mayoría cualificada en las votaciones de los países miembros hace que Comisión Europea pueda aprobar nuevos OMG pese a la oposición de la mayoría de los Estados.

Se debatirá la aprobación de dos maíces modificados genéticamente para que produzcan un insecticida. Son del mismo tipo (Bt) del cultivado en la actualidad en España. El Comisario Europeo de Medio Ambiente ha mostrado su oposición por los riesgos que suponen estos transgénicos Bt para la biodiversidad. Igualmente, se volverá a debatir sobre la aprobación para su cultivo de una patata transgénica, modificada genéticamente para mejorar su uso industrial y que contiene genes de resistencia a antibióticos, práctica rechazada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud.

El debate se celebra en un contexto en el que cada vez más países miembros están implantando moratorias sobre el cultivo de transgénicos. El último en añadirse a esta lista ha sido Rumanía, que sigue los pasos de Francia, Polonia, Hungría, Grecia, Italia y Austria. Además, 200 regiones europeas y más de 4500 municipios han expresado ya su voluntad de permanecer "libres de transgénicos".

David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra aseguró: "La sociedad europea ha rechazado de forma abrumadora los cultivos y alimentos transgénicos durante los últimos 10 años. Además de sus impactos ambientales y de las incertidumbres para la salud, no han supuesto ninguna ventaja para el consumidor. Exigimos el fin de la apuesta europea por los transgénicos".

Sobre el por qué del apoyo de la Comisión a esta fracasada tecnología, Amigos de la Tierra Europa ha elaborado el informe "Las Malas Compañías: Las relaciones entre la Comisión Europea y la industria de los transgénicos". En él se denuncia la excesiva proximidad entre el órgano ejecutivo de la UE y el lobby biotecnológico. Son frecuentes, por ejemplo, los desayunos de trabajo, encuentros o jornadas de la industria que cuentan con presencia de altos cargos de la Comisión. La presencia de la industria en órganos asesores clave y el acceso privilegiado a la información señalan también la preocupante cercanía entre este lobby y la Comisión. El resultado: un marco político favorable, intentos de rebajar los controles sobre los transgénicos, apuesta decidida de la UE por la agricultura biotecnológica y millones de euros de fondos públicos dedicados a financiar las investigaciones de la industria.

"La Comisión Europea está promoviendo la aplicación de una nueva tecnología que solo beneficia a un puñado de multinacionales, en parte gracias al trabajo de grupos de presión, lo que no se puede considerar precisamente un brillante ejemplo de servicio público y democracia. Además de una nueva política por parte de la Comisión, necesitamos regular el poder de estos lobbies y redirigir las prioridades de la investigación europea hacia prácticas agrícolas sostenibles" añadió Sánchez.



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