La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han pedido a los países afectados que garanticen la inocuidad de los alimentos para millones de lactantes tras la crisis provocada por la contaminación de leche con melamina en China. Las dos organizaciones han pedido también estar alerta ante la posible propagación de los productos lácteos contaminados.

Alimentos inocuos

“La lactancia materna es la forma ideal de proporcionar a los niños los nutrientes necesarios para un desarrollo y crecimiento sanos, pero también es importante garantizar que existe un suministro adecuado de leche en polvo inocua para cubrir las necesidades de los niños que no tienen acceso a la leche materna”, subrayó Jørgen Schlundt, Director del Departamento de Inocuidad de los alimentos en la OMS.

Sustituir la leche en polvo para lactantes con otros productos como leche condensada, leche mezclada con miel o leche fresca no es adecuado, ya que estos productos pueden poner en peligro la situación nutricional de este grupo vulnerable de la población, según ambas organizaciones.

“Es muy importante restablecer la confianza del consumidor. Los productos contaminados con melamina deben de ser retirados de la cadena alimentaria para evitar nuevos riesgos. Hay que restaurar de inmediato el suministro de productos lácteos inocuos”, señaló por su parte Ezzeddine Boutrif, Director de la División de Nutrición y Protección al Consumidor de la FAO.

La OMS recomienda que los lactantes sean alimentados tan solo con leche materna durante los seis primeros meses de vida. Durante este período no necesitan ningún otro líquido o alimento, ni siquiera agua. Posteriormente, los niños deben comenzar a recibir alimentos complementarios adecuados e inocuos, mientras que la lactancia materna puede continuar hasta los dos años de edad o más.

Mayor vigilancia

Los países deben controlar de cerca sus mercados, tras el hallazgo de productos importados contaminados con melamina en diferentes naciones durante las dos últimas semanas.

La FAO y la OMS han advertido que los productos contaminados pueden llegar a mercados en otros países a través del comercio formal o informal. Por ello se aconseja obtener información sobre el origen del producto, saber si ha sido retirado del mercado o en ocasiones realizar análisis para saber si está contaminado. En caso de estarlo, se debe proceder a su retirada y eliminación de forma segura, en base a la evaluación del daño que puede representar para la salud humana.

La inocuidad de los alimentos no es sólo responsabilidad de los poderes públicos. La industria alimentaria también es responsable de suministrar productos fiables al consumidor. “Es fundamental que la industria invierta en la inocuidad de los alimentos y adopte medidas para garantizarla que cubran toda la cadena alimentaria, desde las materias primas hasta el producto final”, según Boutrif. Los incidentes como la crisis actual no solo tienen consecuencias en la inocuidad de los alimentos y la salud humana, también representan un peligro para los medios de subsistencia de cientos de millones de campesinos.

“Existe la necesidad de mayores inversiones en los países para fortalecer los sistemas de control alimentario y de vigilancia de enfermedades de origen alimentario, para minimizar la aparición potencial de incidentes como éste”, aseguró Schlundt.

Las organizaciones internacionales tuvieron conocimiento de la contaminación de productos lácteos con melamina el pasado 11 de septiembre. Tanto la OMS como la FAO han utilizado la Red Internacional de Autoridades de Inocuidad Alimentaria (INFOSAN) para mantener informadas a las autoridades nacionales sobre la crisis, una de las más graves ocurridas en los últimos años.

Más de 54 000 niños han tenido que recibir tratamiento médico en relación con el consumo de leche en polvo contaminada con melamina. Cerca de 12 900 están hospitalizados actualmente.

La melamina se usa habitualmente en materiales que están en contacto con los alimentos (como contenedores, etiquetas, etc) y también se utiliza en la agricultura como fertilizante. Es necesario evaluar más a fondo si este uso tiene el potencial de contaminar los alimentos con bajas concentraciones de melamina (en una proporción de microgramo por kilogramo), y el consiguiente impacto en la salud humana.

La melamina por si sola posee una baja toxicidad, sin embargo estudios en animales indican la existencia de problemas renales en presencia de melamina combinada con ácido cianúrico, una impuridad de la melamina. El nivel de melamina detectado en la leche para lactantes contaminada alcanza 2,560 mg/kg en productos listos para ser consumidos, mientras se desconoce el nivel de ácido cianúrico.



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