¿Son hermafroditas las hienas?

No. Durante un tiempo, los naturalistas pensaron que las hienas manchadas o moteadas (Crocuta crocuta) eran hermafroditas, es decir, animales que son simultáneamente masculinos y femeninos. Pero se trataba de una falsa percepción debida principalmente a que el sistema urogenital de la hembra se parece más a un pene que a una vagina. La hembra en esta especie es aproximadamente un 10 % más grande que el macho y sustancialmente más agresiva, lo que acentúa su aspecto masculino. Pero, como decíamos, es su aparato genital el que tenía despistados a los zoólogos.

Y es que los labios vaginales de las hienas se pliegan de tal manera que forman una estructura más parecida al saco escrotal de un macho. El clítoris es muy grande y alargado, similar a un pene. Además es eréctil y cumple varias funciones. La hiena hembra lo usa para orinar, copular y dar a luz, por cierto, de forma bastante dificultosa. Lo que no está claro es el motivo de esta rareza evolutiva. Según el biólogo francés Léo Grasset, debió de haber una selección para que las hembras decidieran imitar a los machos, quizá para reducir conflictos entre ellas, que en su especie son el sexo dominante.

El periodo de gestación en estos mamíferos es de 110 días, tras los cuales las hembras paren normalmente dos crías. En periodos de abundancia suelen nacer descendientes hembras que permanecen en el clan, mientras que en épocas de escasez predomina el nacimiento de machos que salen pronto fuera del grupo familiar. Los machos son sexualmente maduros a los dos años y las hembras a los tres.

Aunque se les considera animales carroñeros, las hienas son más bien cazadoras o carroñeras oportunistas. Es decir que normalmente cazan, pero comen carroñan cuando les resulta ventajoso. Las hienas cazan en grupos de 10 a 30 individuos, siempre liderados por una hembra dominante. Sus poderosas mandíbulas y molares están diseñadas para una alimentación cien por cien carnívora.

Las hienas son capaces de triturar los huesos, los dientes y las cornamentas de sus presas. Su dieta comprende todo tipo de fauna, desde insectos a cebras, ñúes o jirafas. Como hemos dicho, se alimentan tanto de cadáveres como de presas vivas, principalmente de animales moribundos y enfermos. Las disputas por cadáveres de mamíferos entre hienas manchadas y leones son muy frecuentes. 

Estos llevan las de ganar si el grupo de hienas no es muy numeroso, pero en caso contrario el rey de la selva debe andarse con ojo. Y es que, gracias a sus poderosos dientes, las hienas pueden triturar huesos rápidamente y llevarse partes del cadáver antes de que lleguen otros carnívoros. Cuando están saciadas, suelen esconder su comida en el barro y dejarla como reserva para cuando tengan hambre. Tienen muy buena memoria y son muy inteligentes y altamente sociales.



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