Los operarios del tratamiento de barrido manual realizan su trabajo en la vía pública, entre el tráfico de vehículos, y ello conlleva riesgos, por lo que hay que adoptar normas de seguridad que prevengan y eviten posibles atropellos.

En primer lugar, los operarios deben prestar mucha atención al tráfico. Para evitar distracciones es aconsejable prohibir totalmente el uso de auriculares.

El trabajo debe realizarse siempre que sea posible desde la acera. Cuando haya que bajar a la calzada en áreas de intensa circulación de automóviles, se extremarán las precauciones, barriendo de cara al tráfico para detectar fácilmente cualquier situación de riesgo.

El vestuario debe confeccionarse con tejidos muy visibles; el color naranja es el más adecuado, y con bandas reflectantes en caso de que el servicio se preste en jornada nocturna o en áreas de frecuentes nieblas y poca visibilidad. El calzado debe ser fuerte y cómodo. No se deben admitir sandalias ni zapatillas, aunque tampoco es preciso el uso de calzado de seguridad. En cualquier caso, para una mayor protección en este tipo de trabajo, sí es conveniente elegir calzado homologado, en el que se estudian gran cantidad de detalles en busca de mayor comodidad y seguridad.

Aunque los operarios no deben tocar los residuos, siempre es conveniente que lleven guantes de protección, sobre todo por higiene. A este respecto, una operación que merece un especial comentario es el vaciado de papeleras; bajo ningún concepto deben vaciarse extrayendo su contenido con las manos.

La descarga de bolsas es causa de múltiples lesiones, principalmente esguinces y lumbalgias. Deben darse y seguirse instrucciones concretas sobre la manera más adecuada de elevar cargas, a la vez que evitar formas o tamaños extraños y pesos excesivos en estos elementos.

La formación profesional, el conocimiento de los riesgos, el adecuado equipamiento con prendas de protección personal y, sobre todo, la atención al trabajo, asegurarán que en este servicio los accidentes laborales sean mínimos.

Antes de establecer servicios de barrido manual es necesario analizar y valorar su adecuación al núcleo urbano. Los criterios para su elección se basan en posibilidad material de realizar el tratamiento, los recursos económicos y la aceptación ciudadana.

El barrido manual es el tratamiento de limpieza que tiene menos limitaciones en su aplicación. Prácticamente no existe impedimento alguno para su ejecución, pero, por cuestiones de seguridad y de efectividad, no debe ser utilizado en las grandes vías con los bordillos libres de estacionamiento o en vías de circulación rápida y cinturones de ronda, zonas en las que el barrido mecánico resulta mucho más efectivo, económico y seguro. En las aceras de considerable anchura y sin excesivos obstáculos, el barrido mecánico también es más rentable, pero debe complementarse con barrido manual para alcanzar u calidad de limpieza óptima.

En cuanto a los criterios económicos de elección, si se exceptúa el barrido mecánico, el barrido manual individual es el de más bajo coste y el que requiere menor nivel de inversión para ser llevado a cabo. Los tratamientos de barrido manual en que se utilizan vehículos de diverso tipo precisan de inversiones más envergadura, pero siempre muy por debajo de las que se necesitan para el barrido mecánico.

Por lo que se refiere a la aceptación ciudadana, el barrido manual, aunque pueda parecer anticuado y poco tecnificado, tiene a su favor el componente humano. El barrendero que frecuentemente atiende una calle determinada es conocido por el vecindario, que agradece su labor y la valora. La percepción de este es aún más favorable si el operario realiza su trabajo ayudado de un vehículo, ya sea motocarro o vehículo brigada. El contacto cercano con la población aconseja que los operarios vayan perfectamente uniformados, con los útiles y herramientas en buen estado, que ejecuten su trabajo con calidad y diligencia y sean correctos en el trato personal.

El análisis pormenorizado de todos los detalles que afectan al barrido manual individual ha sido conveniente, ya que, al tratarse de un tratamiento elemental y sencillo, no suele gozar de un exceso de atención por parte de los gestores de la limpieza viaria, a pesar de que ocupa entre el 65 y el 80% de los medios utilizados. Cualquier mejora de método, incremento de calidad, productividad o detalle debe considerarse importante y beneficioso.



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