El Protocolo de Kioto adoptado en la tercera Conferencia de las Partes en diciembre de 1997 como desarrollo del Convenio Marco tardará todavía bastantes años en entrar en vigor. Como consecuencia de su adopción, la Unión Europea (UE) ha dado nuevos pasos en su estrategia de acción a nivel doméstico, así como en sus posiciones de cara a la negociación internacional para incrementar la protección ambiental acerca de la contaminación atmosférica.

En este acuerdo se reparte la obligación de reducción para la Comunidad según el Protocolo, del 8% de las emisiones del año base durante el período 2008-2010, en compromisos nacionales para cada uno de los 15 Estados miembros, en aplicación del artículo 4 del Protocolo. El resultado del acuerdo se recoge en el siguiente cuadro:

  • Reducción de las emisiones de CO2, en vehículos, con iniciativas como el etiquetado energético de los vehículos, los incentivos fiscales a la eficiencia y la limitación de velocidad de vehículos pesados.
  • Avance en la consideración internacional de la imposición al combustible de aeronaves.
  • Reducción o supresión de subvenciones a los combustibles fósiles
  • Diferenciación de niveles impositivos en productos, incentivando el ahorro y la eficiencia energética.
  • Plan de acción sobre la eficiencia energética de aparatos y equipos electrodomésticos, mediante normativa de eficiencia, certificación, etiquetado y acuerdos ambientales a nivel comunitario.
  • Programa europeo para nuevas tecnologías.
  • Avance en el plan de acción para prevenir y reducir las emisiones de metano.
  • Estudio de soluciones para las emisiones de N2O, en particular las provenientes de catalizadores en vehículos.
  • Contribución de las actividades de investigación y desarrollo tecnológico del Quinto Programa Marco I+D a los objetivos de la estrategia sobre cambio climático, en particular sobre energías renovables.

En cuanto a la acción coordinada de los Estados miembros, el Consejo acuerda emprender las siguientes acciones:

  • Tomar medidas para que la liberalización de los mercados energéticos fomente también objetivos ambientale
  • Desarrollar estrategias nacionales para un incremento sustancial del uso de fuentes renovables de energía.
  • Fomentar el mercado de la cogeneración energética.
  • Fomento de la vía de los acuerdos ambientales con los sectores de actividad.
  • Políticas de transporte que influyan en la demanda teniendo en cuenta imperativos ambientales.
  • Revisar las normas nacionales sobre la eficiencia energética en los edificios.

La seriedad del compromiso que asume España en el Protocolo de Kioto ha hecho necesario el establecimiento de un proceso sistemático y riguroso para la definición de una verdadera estrategia española frente al cambio climático. Este proceso se ha puesto en marcha con la creación del Consejo Nacional del Clima por Real Decreto 177/1998 de 16 de febrero. Entre sus funciones destacan:

  • Elaborar la «Estrategia española frente al cambio climático» y realiza el seguimiento de los planes y programas incluidos en ella.
  • Proponer al Gobierno las actuaciones necesarias para el cumplimiento de los compromisos adquiridos por convenios y protocolos internacionales.
  • Asesorar técnica y científicamente al Gobierno y a las delegaciones en los organismos internacionales.
  • Coordinar la elaboración de informes nacionales sobre el cambio climático.

La contaminación ambiental es un concepto sutil, sin fronteras, con múltiples focos productores, de poco o mucha intensidad y que afecta prácticamente a todas las actividades humanas.



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